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Las prácticas del envase y el embalaje en la cadena de suministros

 En un mundo tan globalizado y competitivo en el que vivimos hoy es necesario estar en cada detalle de la cadena de suministro. Entre
otras prácticas derivadas de la logística, el sistema de envase y el embalaje forma parte esencial de la cadena de suministro.
Gracias a estos niveles de competitividad, las empresas se ven obligadas a reunir diferentes requisitos que traten de incorporar los
beneficios para diseñar envases y embalajes adecuados a cada situación. Es por ello que esta práctica mejora la eficiencia de cada paso de los sistemas logísticos de envíos.

No se debe olvidar que los envases, empaques y embalajes son aquellos elementos objetos de constante manipulación y conservación durante el traslado. El envase es toda cobertura, recipiente o soporte que resguarda un producto, protege la mercadería e incluso es necesaria para
diferenciar ciertos productos de otros. El fin de éste es tan simple como minimizar el impacto medioambiental que pueda llegar a
sufrir. El envase contiene al producto, resiste a la manipulación, al transporte y a la distribución comercial. Se adapta a las necesidades de acuerdo al tamaño, peso y calidad del producto y cumple con las legislaciones vigentes de cada lugar. Por otro lado, el embalaje es el sistema por el cual se ‘unitariza’ la carga para su futura manipulación y traslado, operaciones que ocurren durante toda la cadena de
distribución. En general, esta carga unitaria se lleva a cabo mediante un equipo mecánico especial para este tipo de embalajes.

Los materiales que se utilizan para esta práctica son papel y cartón mayormente. La identificación es muy importante a la hora de dejar todo en
claro. El rotulado ayuda a identificar al producto facilitando no solo su tipificación sino que también su ubicación. Son etiquetas de impresión directa, sellados o de caligrafía manual y están colocados en un lugar visible para ser monitoreados más fácilmente. Además,
cada rótulo esta regularizado bajo las normas vigentes internacionales.

Las prácticas de un buen embalaje brindan muchos beneficios. Ofrece un ahorro considerable en concepto de volumen de estiba. Corre
mínimos riesgos de siniestros o robo dado su condición física y por sobre todo, brinda a los clientes la ventaja de recibir la mercancía en condiciones óptimas.

El envase y el embalaje son palabras claves en la eficiencia de la logística. El envase y la calidad del producto se encuentran ligados estrechamente, mientras que el embalaje cumple un rol importantísimo ya que es el elemento de protección y manipulación en la logística de suministro del transporte de mercaderías.
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